Hablar de Sadomasoquismo hoy en día nos resulta incómodo,
inclusive hay imágenes que pueden llegar a herir la susceptibilidad de algunas
personas, sin embargo, resulta muy interesante conocer cómo se tocan estos
temas en la actualidad.
Para empezar se debe aclarar que el término SADOMASOQUISMO es un
acrónimo de las palabras Sadismo y Masoquismo, término que facilitó la explicación
de lo que para algunos es considerada una parafilia.
El sadismo por ejemplo, adquiere su nombre debido a El Marqués de
Sade. Un personaje francés nacido en 1740 y fallecido en 1814, a quien su obra le
fue censurada durante muchos años, ya que en ella reflejaba la rebelión del
hombre contra la sociedad. Este personaje llevaba una vida escandalosa, por esa
época, uno de sus sirvientes le llevó una prostituta a quien él ató de las
manos y posteriormente azotó. Esto le causó varios años de cárcel y por
supuesto una reputación no muy aceptada en la sociedad. El Marqués se
dedicó escribir sobre sus fantasías
describiendo detalladamente disertaciones y crudas situaciones sexuales
utilizando los sofismas como herramienta literaria.
El sadismo consiste en provocar dolor y humillación a una persona,
con el objeto de obtener excitación o placer. Por su parte, el masoquismo, es
la actividad en la que uno de los participantes es agredido física y
verbalmente con el objetivo de desencadenar en el agresor, cierto grado de excitación
o placer.
Este artículo propone analizar el sadomasoquismo como una
parafilia, pero a su vez, como una práctica aceptada en algunas parejas, siendo
asumida como parte de sus fantasías sexuales.
La práctica del sadomasoquismo, se asume como una parafilia, cuando
a quién o a quienes la utilizan, les
resulta difícil lograr la excitación, si no es a través de su ejecución, es
decir que siempre debe haber una situación ya sea de sadismo o masoquismo, para poder experimentar placer. Otro caso es cuando dentro de la pareja, el
sadomasoquismo no es consensuado y por el contrario, se obliga a uno de los dos
integrantes a participar de la actividad.
Por otro lado, se habla de sadomasoquismo como un juego sexual,
cuando las partes que en él intervienen, están completamente de acuerdo con
dicha práctica, como parte del desarrollo de las relaciones sexuales. Cuando esto
ocurre, por lo general el objetivo mismo de dicho juego, radica en la variación
de las prácticas sexuales, que en el mismo deseo de impartir o experimentar
dolor.
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